Como ya hemos mencionado anteriormente en el blog, el intestino es un órgano inmenso que ocupa entre 5 y 8 metros, y el 70% de los sistemas de nuestro organismo están relacionados con él. Te ofrecemos algunos datos acerca de nuestra microbiota intestinal:
¿Nos hacemos pues una idea de la importancia de alimentar nuestra flora intestinal? Si el intestino y toda esta inmensidad de bacterias funcionan correctamente, nuestro cuerpo no necesitará dedicarle demasiados recursos y, por tanto, nuestra salud será mucho mejor.
Pero, ¿cómo alimentamos nuestra flora intestinal? Con frutas y verduras, alimentos prebióticos y, con los que aquí tratamos, suplementos probióticos.
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Los suplementos probióticos son preparados, generalmente en forma de comprimidos, cápsulas, sobres o ampollas, que contienen este tipo de bacterias o microorganismos beneficiosos para nuestra salud.
Entonces, si queremos cuidar nuestro medio intestinal ¿hemos de acudir a la farmacia a comprar suplementos probióticos? Rotundamente no. Es posible, y además se trata del mejor modo de hacerlo, tomar probióticos a través de la alimentación.
Los suplementos probióticos que comúnmente encontramos en el mercado en estos formatos no conllevan un gran aporte de microorganismos, su función no está del todo clara en muchos casos y el precio de venta suele ser bastante elevado en relación con dicho aporte. Sin embargo, los alimentos probióticos sí constituyen un notable y valioso aporte de bacterias (billones de ellas), además del nutricional, y sus efectos en el medio intestinal son inmediatos.
En las farmacias hallamos marcas reconocidas, como Bivos, Muvagyn, Vsl3 o Pearls, que ofrecen diferentes tipos de suplementos probióticos en función de las necesidades concretas. Son los probióticos de farmacia. Asimismo encontramos suplementos probióticos en herbolarios o establecimientos similares, normalmente en cajas o frascos con cepas distintas para cada requerimiento específico.
No obstante, si deseas introducir probióticos en tu día a día, sin duda, lo mejor es optar por alimentos probióticos. En anteriores posts enumeramos algunos de los más comunes: yogur, encurtidos, queso crudo, kéfir (de leche o de agua, como ProKey), chucrut (o col fermentada), miso, tempeh, kombucha y kvas.
Los probióticos aportan múltiples beneficios a nuestro organismo, entre los que destacan: mejora de la flora intestinal, de la digestión y el tránsito intestinal, y fortalecimiento del sistema inmune. Pero, ¿qué beneficios específicos se atribuyen a los suplementos probióticos? Encontramos cinco destacables:
Existen vínculos entre desequilibrios en la composición de la microbiota y la aparición de enfermedades metabólicas, como diabetes u obesidad, autoinmunes, como asma, y neurodegenerativas, como Alzheimer o Parkinson.
Pues bien, determinados suplementos probióticos preparados han demostrado ser eficaces en el tratamiento de algunas de estas enfermedades, inclusive contra enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Los complementos probióticos alimenticios se emplean para el tratamiento de cólicos en lactantes así como de diarrea y de gastroenteritis infantil. Han de ser siempre recetados por un pediatra.
Infecciones como la candidiasis o la vaginosis bacteriana son provocadas por desequilibrios en la flora vaginal, a su vez debidos a diversos factores: antibióticos (descrito en el siguiente punto), anticonceptivos, estrés, etc. En estos casos, los probióticos actúan restaurando la salud vaginal y el nivel de pH normal, y evitando las molestias comunes en la zona.
Cuando nuestro sistema inmune está debilitado, como ocurre cuando se sigue un tratamiento con antibióticos, es habitual sufrir diarrea o infecciones por hongos. Ocurre porque los antibióticos atacan a las bacterias nocivas, pero en su lucha eliminan también las bacterias beneficiosas. Se aconseja tomar probióticos para prevenir dichos efectos secundarios.
Se recomienda tomar carbón vegetal probiótico como suplemento en caso de intoxicación alimentaria así como para evitar flatulencias, es decir, acumulación excesiva de gases intestinales, y halitosis, o mal aliento causado por las fermentaciones intestinales.
Los probióticos de farmacia o los suplementos probióticos de tipo generalista no son la única ni la más recomendable opción; tampoco la más barata. Mejor incluye probióticos a través de los alimentos.
Los alimentos probióticos naturales se caracterizan por contener bacterias beneficiosas que llegan a nuestro intestino, donde se establecen y realizan funciones positivas para nuestro cuerpo. ProKey, con cultivos vivos de kéfir, es pues una bebida probiótica natural.
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