Origen de la artritis y artritis reumatoide. Programa de modificación del estilo de vida

Rigidez, dificultad de movimiento, hinchazón de las articulaciones y dolor son sus principales síntomas. La persona afectada, más comúnmente mujer, sufre limitaciones físicas y un deterioro de su calidad de vida. Dedicamos este post a la artritis y a la que es la enfermedad articular inflamatoria más común entre la población general, la artritis reumatoide.

Os contamos qué diferencia hay entre ambos términos y cuál es su origen. Por último, nos remitiremos a la evidencia científica para mostrarte cómo determinados hábitos dietéticos y de estilo de vida tienen efectos positivos en la progresión de la enfermedad.

Artritis y artritis reumatoide: ¿qué son y en qué se diferencian?

La artritis es la inflamación de una o varias articulaciones (zonas donde se unen dos huesos o un hueso y un cartílago, como el codo o la rodilla). Existen más de cien formas diferentes de artritis y afecciones relacionadas, siendo una de las más habituales la artritis reumatoide.

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica de naturaleza autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario ataca por error al tejido sano. Se caracteriza principalmente por rigidez articular, hinchazón y dolor, sobre todo en las articulaciones de manos y pies.

En cuanto a quién afecta, «La AR es mucho más frecuente en el sexo femenino que en el masculino y suele aparecer en personas adultas mayores, pero puede iniciarse en cualquier etapa de la vida y afectar a cualquier persona», recoge en su web la Asociación Coordinadora Nacional de Artritis.

¡Ojo! No confundir artritis con artrosis (osteoartritis). Ambas son enfermedades reumáticas, si bien la artrosis es un trastorno degenerativo no inflamatorio del cartílago articular.

Origen de la artritis y artritis reumatoide

La inflamación de una articulación puede ser consecuencia de una fractura ósea (traumatismo) o de una infección puntual por bacterias o virus (artritis infecciosa o reactiva). Inflamación que puede remitir al desaparecer la causa que la provoca o tras un tratamiento. Si se prolonga en el tiempo, es decir se vuelve crónica, hablaríamos de artritis reumatoide o de una artritis secundaria asociada a otra enfermedad —EII; celiaquía; lupus eritematoso sistémico; psoriasis, artritis psoriásica; gota, artritis por microcristales; etc.—.

En el origen de la artritis reumatoide intervienen:

• Factores genéticos: es más frecuente en personas con predisposición genética a padecerla.
• Factores no genéticos: hormonas femeninas, infecciones, tabaquismo, estrés, obesidad y tipo de alimentación.

¿Cómo ayudan los probióticos y el estilo de vida en la artritis?

El papel de la dieta y el microbioma intestinal en el origen y desarrollo de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide es cada vez más evidente. Los estudios en modelos animales y las observaciones en pacientes han revelado que los factores ambientales externos, incluida la exposición a microbios y el estado de la microbiota intestinal, influyen en la enfermedad (revisión, estudio, estudio, estudio).

La composición del microbioma intestinal es en estos pacientes diferente de la de individuos sanos. Y dicha composición puede ser modulada por tratamientos con probióticos, prebióticos (alimento de los probióticos), simbióticos (probióticos+prebióticos) y otras terapias que alteran el microbioma como el trasplante de microbios fecales.

El restablecimiento de la disbiosis intestinal (equilibrio microbiano) con probióticos, prebióticos o trasplante fecal se está convirtiendo en un enfoque prometedor para el tratamiento y la prevención de la artritis.

¿Por qué probióticos? Los probióticos son agentes inmunomoduladores y se estudian como una opción de tratamiento complementario. Varios ensayos aleatorios han demostrado que la modificación microbiana por estas bacterias puede mejorar la inflamación. El mecanismo, algo complejo, se sintetiza en la siguiente imagen:

Los metabolitos clave producidos por los probióticos tienen funciones antiinflamatorias; generan efectos antiinflamatorios durante la enfermedad. Fuente: https://www.mdpi.com/2072-6643/10/10/1537.

Programa de modificación del estilo de vida en la AR

Las investigaciones más recientes enfatizan el rol de la nutrición y la actividad física en la AR. Un estudio publicado este mismo año presenta un programa de modificación del estilo de vida que, señala, «debe considerarse como la base de cualquier tratamiento (es decir, tratamiento farmacológico), en pacientes con artritis reumatoide». Consiste en:

1. Una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, granos enteros y nueces (alimentos prebióticos), pobre en bebidas azucaradas, carnes rojas y procesadas y grasas trans, y suplementación con ácidos grasos omega-3, aminoácidos no esenciales y probióticos;
2. Un plan de actividad física basado en un estilo de vida activo diario, ejercicio aeróbico y entrenamiento de resistencia, y
3. Sueño adecuado y reducción del hábito de fumar.

En definitiva, un estilo de vida saludable, una buena alimentación con consumo de alimentos pre y probióticos, ejercicio físico moderado, un peso correcto y dormir bien son la mejor base para prevenir la artritis. Quizá te interese este otro artículo del blog, donde hablábamos sobre el Protocolo Autoinmune Paleo.

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