Alergias y probióticos, ¿cómo te ayudan si sufres este problema?

¿Sufres algún tipo de alergia? Asma, dermatitis o eccema, alergias a alimentos, medicamentos, picaduras de insectos… Si tu respuesta es afirmativa, perteneces al 30-40 % de la población afectada por una o varias de estas enfermedades alérgicas.

Cada año, con la llegada de la primavera, los mismos titulares: la incidencia de alergias ambientales y alimentarias se incrementa. Y es que efectivamente parece haber un aumento constante de casos a nivel mundial. Te contamos a qué se debe y cómo pueden ayudarte los probióticos si sufres este problema.

Alergias: tipos y por qué se producen

Las alergias son reacciones inmunitarias de nuestro organismo ante una sustancia, que se caracterizan por unos determinados síntomas cuando nos exponemos a ella por inhalación, contacto cutáneo o ingestión. Enfermedades alérgicas hay muchas y de muchos tipos:

• Asma alérgica.
• Rinitis, como la inducida por el polen (rinitis alérgica estacional).
• Conjuntivitis alérgica.
• Dermatitis, que incluye eccema, dermatitis de contacto (contacto directo con sustancias químicas como el níquel, fragancias o conservantes) y otras formas de dermatitis.
• Urticaria, caracterizada por placas eritematosas y prurito o picazón; ejemplo: la alergia al látex.
• Alergias alimentarias, los alimentos más comúnmente implicados en el desarrollo de alergias son: leche, cereales como el trigo y la soja, cacahuetes y otros frutos secos, pescados y mariscos. En este grupo podemos situar asimismo las alergias a aditivos alimentarios.
• Alergias a medicamentos, siendo una de las más frecuentes la alergia a los antibióticos, principalmente penicilina y sus derivados.
•  Alergia a las picaduras de insectos, como la alergia al veneno de abeja.
• Anafilaxia, una reacción inmunitaria severa y potencialmente mortal.

Nota: en cuanto a los alimentos, recordemos que no es lo mismo alergia que intolerancia. En la primera hay una respuesta del sistema inmune; en la segunda, un déficit de enzimas que impiden la adecuada metabolización del nutriente. La celiaquía es un caso «especial», pues se trata de una enfermedad multiorgánica autoinmune en personas con predisposición genética. Más información sobre la celiaquía aquí.

¿Aumentan los casos de alergia? La «hipótesis de la higiene» y los «viejos amigos»

Más de un tercio de la población mundial presenta alguna enfermedad de origen alérgico, según datos de la Organización Mundial de Alergia (WAO, por sus siglas en inglés) recogidos en su Libro Blanco sobre Alergia. Y esta proporción va in crescendo.

La prevalencia de las enfermedades alérgicas experimenta un crecimiento continuo en todo el mundo, especialmente en las comunidades urbanas de los países desarrollados.

¿Por qué?

Las principales causas son:

• Antecedentes genéticos.
• Falta de exposición temprana a alérgenos alimentarios presentes en la leche materna; os lo contábamos en el anterior artículo del blog, dedicado a la lactancia.
• Tabaquismo y contaminación atmosférica.
• Temperatura ambiente (cambio climático), que eleva los recuentos de polen, la presencia de insectos y de hongos asociados a alergias.
• Reducción de la exposición a microorganismos; la conocida como «hipótesis de la higiene», propuesta por David Strachan en 1989 (estudio).

En 2003, Graham Rook «refinó» esta teoría con su «hipótesis de los viejos amigos». Rook sostiene que el sistema inmunitario depende de ciertos microbios ya presentes en los tiempos de los cazadores-recolectores y que evolucionaron junto con nosotros.

Perder el contacto con estos «viejos amigos» microbianos es un factor fundamental en el incremento, no solo de alergias, sino también de enfermedades inflamatorias crónicas (estudio, conferencia). Vamos, que somos demasiado limpios, y todo apunta a que es mejor ser más sucios.

¿Cómo te ayudan los probióticos si sufres alergias?

Existen, por lo tanto, dos factores críticos para el desarrollo de enfermedades alérgicas: antecedentes genéticos y medio ambiente. Respecto al primero, poco podemos hacer —quizá la medicina del futuro…—. En cambio, sí que podemos controlar algunos factores ambientales.

Las recomendaciones actuales para la prevención primaria de alergias incluyen la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida o evitar el tabaquismo materno durante el embarazo y la infancia. En caso de asma, reducir además los niveles de ácaros del polvo en determinados entornos.

Investigaciones recientes muestran los beneficios de alimentos funcionales con probióticos (cepas con potencial antialérgico). Este estudio sugiere que las bacterias probióticas promueven mecanismos de barrera en pacientes con dermatitis atópica y alergias alimentarias, y al aliviar la inflamación intestinal pueden ser una herramienta útil en el tratamiento de la alergia a alimentos.

Los probióticos pueden, pues, ayudarte si sufres:

Probióticos y Enfermedades atópicas

Son muchos los estudios que apuntan a sus efectos favorables en la dermatitis atópica, contrarrestando las respuestas inflamatorias alérgicas más allá del medio intestinal (estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio).

«Los alimentos funcionales compuestos científicamente que contienen probióticos ofrecen una estrategia nutricional tanto para la prevención como para el tratamiento de las enfermedades alérgicas», señala este otro estudio en niños con antecedentes atópicos.

Probióticos para Hipersensibilidad alimentaria

En los últimos años, se ha demostrado que el aumento de la permeabilidad intestinal juega un papel esencial en el desarrollo de alergias alimentarias. Entre los factores desencadenantes, el gluten (tanto en celíacos como en no celíacos) (estudio, estudio, estudio).

Los probióticos refuerzan la función barrera del intestino (estudio). Además una microbiota sana, equilibrada, y los probióticos ayudan a digerir estos compuestos que uno mismo (celíaco) no puede y minimizar sus efectos.

Una microbiota normal es clave para que el medio intestinal se mantenga libre de enfermedad. Los probióticos de nuestros refrescos ProKey te beneficiarán si sufres alergias, manteniendo una microbiota sana y equilibrada, contrarrestando la respuesta inflamatoria alérgica o ayudándote en la digestión de alérgenos alimentarios como el gluten.

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