Emociones y alimentación. Cómo están relacionadas y cómo nos afectan

Si ya es conocido por todos el popular enunciado “somos lo que comemos”, quizás debamos dar un paso adelante e incorporar también el “sentimos lo que comemos”.

Hoy en nuestro blog, contamos con la colaboración de Alejandro Vera, psicólogo y nutricionista, quién nos va a hablar de cómo la alimentación influye sobre nuestras emociones.

¿Psicología y nutrición deberían ir separadas?

Psicología y nutrición son dos disciplinas independientes que suelen hermanarse en casos muy concretos, como ocurre en el caso de los trastornos de la alimentación. Sin embargo, yo soy de la opinión que un modelo de salud completo debería contemplar ambas vertientes.

Cómo comemos y cómo nos alimentamos es un reflejo fidedigno de cómo nos autocuidamos.

Por ejemplo, en situaciones de depresión moderada-grave, una de las primeras conductas que suelen abandonar las personas deprimidas, es la alimentación. Comienzan a dejar de cocinar, de hacer su número de comidas habituales, y en general, de cuidarse.

En la depresión ocurre un proceso de abandono y pérdida del sentido de la vida.

Dejar de comer, o comer mal, es un espejo que nos devuelve y confirma esta idea.

No obstante, esta no es una cuestión que atienda únicamente a personas que padecen depresión. La manera en la que comemos modifica nuestra autoestima.

Emociones y alimentación Prokey

Culpa y satisfacción personal

Cuando no nos alimentamos de manera saludable, lo habitual es que en cierta medida sintamos culpa. Puede que ni tan siquiera seamos muy conscientes de ella, ya que hemos aprendido a ignorarla o a vivir con ella, pero te puedo asegurar que ahí está en la mayoría de casos.

La sensación sentida es la de estar usando el cuerpo como cubo de basura. Es la misma sensación que transmite una casa desordenada y sucia.

Con la diferencia, que esta casa eres tú.

En el extremo contrario, se encuentran las personas perfeccionistas, que pueden llegar a obsesionarse con la alimentación saludable. Existe un trastorno reconocido, llamado ortorexia, que consiste precisamente en esto: una obsesión persistente por no ingerir ningún producto o alimento que no sea sano.

La autoestima y la satisfacción personal convergen en un punto donde somos capaces de cuidarnos y a la vez, mantener una actitud flexible frente a la alimentación. Esto nos brindará un mensaje de que estamos haciendo las cosas bien, ocupándonos de nosotros y pudiendo vivir aceptando las imperfecciones y errores.

¿La mala alimentación puede causar ansiedad?

Literalmente no, pero sí de manera indirecta. Desde pequeñitos en la mayoría de familias, nos han enseñado a calmar nuestras emociones comiendo.

No es difícil imaginarse a nuestras abuelas diciéndonos tras un mal día en el colegio: toma hijo, come…

En el momento en que comenzamos a asociar la comida como la única manera de regularnos emocionalmente, estamos generando una dependencia emocional.

De adultos, si no hemos aprendido otra manera de calmarnos, lo más probable es que cuando tengamos un problema necesitamos recurrir a ciertos tipos de alimentos para recuperar el equilibrio.

¿Por qué elegimos alimentos insanos?

La mayoría de los alimentos ultraprocesados han sido diseñados de una manera qué, a nivel gustativo, generan una gran sensación de placer. Las grasas trans y los aceites refinados provocan sensaciones paliativas muy agradables.

Esto provoca una respuesta de liberación de endorfinas que consigue hacemos entrar en un estado de paz.

Además, los hidratos de carbono liberan adenosina tras un tiempo transcurrido de la ingesta. La adenosina actúa activando el sistema parasimpático, implicado en la relajación.

¿Pero entonces…porque la alimentación provoca ansiedad?

La comida en estos casos está actuando como compulsión. Cuando tenemos un problema, ahora tenemos dos: aquello que nos ha sucedido y la necesidad de comer con urgencia. Además, cada vez que nos calmamos comiendo, le estamos diciendo a nuestro cerebro que no tiene la capacidad de afrontar las cosas por sí sólo.

Imagina qué, siempre que tuvieras que ir a una entrevista de trabajo, por ejemplo, tuviera que acompañarte alguien por qué si no, no te sientes capaz de ir.

Es posible qué, si esto ocurre, no grabes una sensación de autonomía y capacidad personal.

Conclusiones:

Cuidar tu alimentación repercute sobre tu salud mental, tu autoestima y tus emociones. Es un aspecto fundamental de los seres humanos.

No quiero decir qué, cuidando lo que comemos vayamos a solucionar todos los problemas y cosas que nos pasan. Sin embargo, puedo afirmar con rotundidad, que contribuye a alcanzar un mayor estado de bienestar físico y emocional.

Si quieres seguir leyendo sobre alimentación, salud y cuidado personal, en el blog de Probióticos y salud de Prokey encontrarás un montón de información adicional.

Además, recuerda que puedes entrar en la tienda online de Probióticos Prokey para adquirir nuestros refrescos probióticos y nuestros probióticos en cápsulas que te ayudarán a mantener tu salud y a disfrutar cada día.

¿Te ha gustado el artículo?

Suscríbete a nuestro blog para recibir información sobre probióticos y prebióticos.

Clic en el botón, rellena el formulario y recibe puntualmente

 

nuestros artículos en tu email

Deja una respuesta

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.